EVANGELIO DEL DÍA

martes, 15 de febrero de 2011

«Open my eyes that I may consider the wonders of your Law» (Ps 119[118], 18)

DAILY GOSPEL: 16/02/2011
«Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life.» John 6,68


Wednesday of the Sixth week in Ordinary Time

Book of Genesis 8:6-13.20-22.
At the end of forty days Noah opened the hatch he had made in the ark,
and he sent out a raven, to see if the waters had lessened on the earth. It flew back and forth until the waters dried off from the earth.
Then he sent out a dove, to see if the waters had lessened on the earth.
But the dove could find no place to alight and perch, and it returned to him in the ark, for there was water all over the earth. Putting out his hand, he caught the dove and drew it back to him inside the ark.
He waited seven days more and again sent the dove out from the ark.
In the evening the dove came back to him, and there in its bill was a plucked-off olive leaf! So Noah knew that the waters had lessened on the earth.
He waited still another seven days and then released the dove once more; and this time it did not come back.
In the six hundred and first year of Noah's life, in the first month, on the first day of the month, the water began to dry up on the earth. Noah then removed the covering of the ark and saw that the surface of the ground was drying up.
Then Noah built an altar to the LORD, and choosing from every clean animal and every clean bird, he offered holocausts on the altar.
When the LORD smelled the sweet odor, he said to himself: "Never again will I doom the earth because of man, since the desires of man's heart are evil from the start; nor will I ever again strike down all living beings, as I have done.
As long as the earth lasts, seedtime and harvest, cold and heat, Summer and winter, and day and night shall not cease."

Psalms 116(115):12-13.14-15.18-19.
How can I repay the LORD for all the good done for me?
I will raise the cup of salvation and call on the name of the LORD.
I will pay my vows to the LORD in the presence of all his people.
Too costly in the eyes of the LORD is the death of his faithful.
I will pay my vows to the LORD in the presence of all his people,
In the courts of the house of the LORD, in your midst, O Jerusalem. Hallelujah!

Holy Gospel of Jesus Christ according to Saint Mark 8:22-26.
When they arrived at Bethsaida, they brought to him a blind man and begged him to touch him.
He took the blind man by the hand and led him outside the village. Putting spittle on his eyes he laid his hands on him and asked, "Do you see anything?"
Looking up he replied, "I see people looking like trees and walking."
Then he laid hands on his eyes a second time and he saw clearly; his sight was restored and he could see everything distinctly.
Then he sent him home and said, "Do not even go into the village." 
 Mc 8,22-26
Commentary of the day 
Saint Jerome (347-420), priest, translator of the Bible, Doctor of the Church
Homilies on Saint Mark's Gospel, n°8, 235 (trad. SC 494, p. 143)
« Open my eyes that I may consider the wonders of your Law» (Ps 119[118], 18)
Jesus put spittle on his eyes, placed his hands on him and asked him whether he could see anything. Knowledge always comes by degrees... It is only after a great deal of time and a long apprenticeship that we are able to attain perfect knowledge. First the impurities are removed, blindness goes, and thus light enters. The Lord's spittle is perfect teaching: to teach perfectly it comes from the Lord's mouth. The Lord's spittle, which comes forth, so to speak, from his substance, is understanding, just as the word coming forth from his mouth is a cure...

«I see people looking like trees and walking»: I still see the shadow but not yet the truth. The meaning of these words is: I can see something in the Law but as yet I don't perceive the blazing light of the Gospel... «Then he laid hands on his eyes a second time and he saw clearly.» He could see, I say, everything that we can see: he saw the mystery of the Trinity and he saw all the holy mysteries contained in the Gospel... And we, too, see them since we believe in Christ, the true light.


Wednesday, 16 February 2011

St. Onesimus, Disciple of St. Paul



SAINT ONESIMUS
Disciple of St. Paul
(1st century)
        He was a Phrygian by birth, slave to Philemon, a person of note of the city of Colossæ, converted to the faith by St. Paul. Having robbed his master and being obliged to fly, he providentially met with St. Paul, then a prisoner for the faith at Rome, who there converted and baptized him, and sent him with his canonical letter of recommendation to Philemon, by whom he was pardoned, set at liberty, and sent back to his spiritual father, whom he afterwards faithfully served.

       That apostle made him, with Tychicus, the bearer of his Epistle to the Colossians, and afterwards, as St. Jerome and other Fathers witness, a preacher of the Gospel and a bishop. He was crowned with martyrdom under Domitian in the year 95.


Lives of the Saints, by Alban Butler, Benziger Bros. ed. [1894]


«Abre mis ojos... y contemplaré las maravillas de tu Ley» (Sl 118,18)

EVANGELIO DEL DÍA: 16/02/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68


Miércoles de la VI Semana del Tiempo Ordinario

Libro de Génesis 8,6-13.20-22.
Al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca,
y soltó un cuervo, el cual revoloteó, yendo y viniendo hasta que la tierra estuvo seca.
Después soltó una paloma, para ver si las aguas ya habían bajado.
Pero la paloma no pudo encontrar un lugar donde apoyarse, y regresó al arca porque el agua aún cubría toda la tierra. Noé extendió su mano, la tomó y la introdujo con él en el arca.
Luego esperó siete días más, y volvió a soltar la paloma fuera del arca.
Esta regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo. Así supo Noé que las aguas habían terminado de bajar.
Esperó otros siete días y la soltó nuevamente. Pero esta vez la paloma no volvió.
La tierra comenzó a secarse en el año seiscientos uno de la vida de Noé, el primer día del mes. Noé retiró el techo del arca, y vio que la tierra se estaba secando.
Luego Noé levantó un altar al Señor, y tomando animales puros y pájaros puros de todas clases, ofreció holocaustos sobre el altar.
Cuando el Señor aspiró el aroma agradable, se dijo a sí mismo: "Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su juventud; ni tampoco volveré a castigar a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.
De ahora en adelante, mientras dure la tierra, no cesarán la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche".

Salmo 116(115),12-13.14-15.18-19.
¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?
Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor.
Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo.
¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos!
Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo,
en los atrios de la Casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. ¡Aleluya!

Evangelio según San Marcos 8,22-26.
Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le rogaban que lo tocara.
El tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: "¿Ves algo?".
El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: "Veo hombres, como si fueran árboles que caminan".
Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: "Ni siquiera entres en el pueblo". 
Mc 8,22-26
Leer el comentario del Evangelio por 
San Jerónimo (347- 420), presbítero, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia
Homilías sobre el evangelio de Marcos, nº 8, 235
«Abre mis ojos... y contemplaré las maravillas de tu Ley» (Sl 118,18)
   «Jesús le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó si veía algo». El conocimiento es siempre progresivo... Tan sólo después de mucho tiempo y de largo aprendizaje se puede llegar al perfecto conocimiento. Primero se va todo lo sucio, se va la ceguera y entonces viene la luz. La saliva del Señor es una enseñanza perfecta: enseñar de manera perfecta viene de la boca del Señor. La saliva del Señor que, por decirlo de alguna manera, viene de su sustancia, es el conocimiento, tal como su palabra que sale de su boca, es un remedio...

    «Veo hombres, me parecen árboles, pero andan»; veo todavía en sombra, no veo del todo la verdad. El sentido de esta parábola es: veo alguna cosa en la Ley, pero todavía no percibo la luz esplendorosa del Evangelio... «Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado, y veía todo con claridad.» Veía, digo, todo lo que nosotros vemos: veía el misterio de la Trinidad, veía todos los sagrados misterios contenidos en el Evangelio... También nosotros los vemos porque creemos en Cristo que es la verdadera luz.


miércoles 16 Febrero 2011

San Onésimo de Bizancio



Onésimo ( ca. 90-95) (también llamado Onésimo de Bizancio y El Sagrado Apóstol Onésimo en algunas iglesias ortodoxas) era un sirviente de Filemón, personaje importante e influyente deColosa de Frigia, convertido al cristianismo por San Pablo. Onésimo cuando huía de la justicia, por haberle robado a su amo; se encontró con Pablo , quien se hallaba entonces prisionero en Roma. El Apóstol lo convirtió al Cristianismo, lo bautizó y lo envió a la casa de Filemón con una carta de recomendación, que decía lo siguiente:
Te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión. Antes, él no te prestó ninguna utilidad, pero ahora te será muy útil, como lo es para mí. Te lo envío como si fuera yo mismo. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario. Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor.
Según parece, Filemón perdonó y le concedió la libertad a Onésimo por haberse arrenpentido, y lo mandó a reunirse de nuevo con San Pablo. Según cuenta Jerónimo de Estridón, Onésimo se volvió un predicador cristiano y luego Obispo deÉfeso por orden del Apóstol Pablo. Posteriormente, Onésimo fue apresado y llevado a Roma, donde murió lapidado.